La solución de Walz al aumento de falsedades e insultos de Trump: "ganaremos y nunca más tendremos que ver a este tipo en televisión"
El candidato a vicepresidente por el Partido Demócrata, Tim Walz, dijo este lunes que si Kamala Harris y él derrotan a Donald Trump en las elecciones, los estadounidenses "nunca más tendrán que ver y escuchar a este tipo en la televisión".
Sus palabras, que despertaron una oleada de vítores y gritos de la audiencia de sus seguidores en un mitin en Wisconsin, hizo recordar a una pregunta abierta en torno a la campaña de 2024: ¿qué pasará con el expresidente y su movimiento político si pierde una segunda candidatura presidencial consecutiva?
Los demócratas están presentando esta campaña de 2024 como la batalla final con Trump después de tres elecciones consecutivas con el republicano como su competencia en los comicios generales, y aspiran a que su hipotética derrota en la votación de este martes podría suponer su desaparición de la vida política y mediática.
"Solo piensen lo grandioso que será. Logramos que esto suceda. ... Ganaremos y, cuando eso esté hecho, nunca más tendremos que ver y escuchar a este tipo en la televisión", dijo Walz.
Lo cierto es que, en caso de no regresar a la Casa Blanca, está por ver cuál sería el futuro del magnate tras casi una década de campaña permanente.
Sin embargo, con su mensaje, Walz quiso hacer un guiño a quienes están criticando que en esta recta final electoral se está viendo a un Trump más oscuro y dando a conocer ideas disparatadas, promesas muy difíciles de cumplir y pronunciando más afirmaciones falsas que de costumbre.
En definitiva, Walz quiso remarcar que, en caso de que Harris gane la presidencia, los estadounidenses no deberían tener que seguir escuchando este tipo de mensajes por parte de un hombre de 78 años que, en algunos actos, está también mostrando una evidente fatiga que los demócratas están aprovechando a criticar, después de que el presidente Joe Biden acabara renunciando a la reelección tras las dudas que existían sobre su aptitud física y mental para afrontar un nuevo mandato.
Así intensificó Trump la recta final de su campaña con insultos y más afirmaciones falsas
Desde que Trump irrumpió en la política en 2015, se caracterizó por su discurso rompedor y provocador, propio de un outsider alejado de los candidatos tradicionales que supo conectar con buena parte del electorado.
Sin embargo, el republicano ha radicalizado sus mensajes en las últimas semanas, virando a un estilo mucho más agresivo, despectivo hacia sus rivales y atiborrando la campaña de propuestas y afirmaciones imposibles de verificar.
Recientemente, aseguró que la exrepresentante republicana Liz Cheney (quien ha hecho campaña junto a Harris) debía ser puesta frente a un grupo de personas armadas “para ver cómo se siente”, lo que llevó a las autoridades a investigar por si estas palabras constituían una amenaza de muerte.
También causó polémica al declarar que protegerá a las mujeres “les guste o no”, pese a que reconoció que sus propios asesores le habían recomendado no decirlo por considerarlo inapropiado. Sus declaraciones recibieron numerosas críticas por quienes lo tacharon de machista y de negar la autonomía de las mujeres. Harris tachó sus comentarios de “ofensivos”.
Este mismo fin de semana, se refirió a la expresidenta demócrata de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi como una “mujer mala y enferma” y “loca”. También insistió en que la población haitiana de Springfield, en Ohio, es en su mayoría indocumentada después del escándalo a raíz de sus afirmaciones de que este grupo de población se comía las mascotas de sus vecinos, lo que ya fue demostrado que era falso.
Entre sus promesas, destaca una y otra vez el plan de deportación masiva de migrantes indocumentados que viven en el país, pese a que expertos ya advirtieron de las enormes implicaciones económicas, legales y logísticas que ello supondría.
Este lunes, aseguró que impondrá inmediatamente aranceles del 25% a todos los productos procedentes de México si el país vecino no ayuda a frenar el flujo de la inmigración indocumentada, lo que de nuevo fue interpretado por muchos como una promesa populista para captar votos y atención más que como una iniciativa que realmente vaya a cumplir.
Aunque probablemente la mayor preocupación de analistas de entre todos los mensajes de Trump son las dudas que arroja sobre si aceptará o no una hipotética derrota en las urnas, tal y como ocurrió en 2020 y que desembocó en el asalto al Capitolio por sus simpatizantes semanas después.
En un mitin tras otro, insta a sus partidarios a lograr una victoria “demasiado grande para manipularla”, diciéndoles que la única forma en que puede perder es si los demócratas hacen trampa. Se ha negado a decir, en repetidas ocasiones, si aceptará los resultados independientemente del resultado. Y ha afirmado que el fraude ya está en marcha, citando afirmaciones desacreditadas o teorías escandalosas sin base en la realidad.
También aseguró que apoyaría el uso de la fuerza militar estadounidense contra lo que describe como “el enemigo interno”, cuando se le preguntó sobre un potencial escenario en el que "agitadores externos" intenten afectar el proceso de votación este martes.
Además, Trump es criticado por quienes aseguran que trata de atraer la atención de votantes y medios de comunicacion con acciones poco serias y más propias de un show de televisión que de una campaña estadounidense, como cuando decidió acudir en un camión de basura a uno de sus mítines. Hacía referencia así a la polémica protagonizada por Biden, quien dijo que la única basura son los seguidores de Trump, aunque él y su campaña afirmaron después que se refería al comediante que calificó a Puerto Rico como “isla de basura” en un evento de campaña del republicano.
Demócratas critican la fatiga mostrada por Trump
Uno de los temas más recurrentes de esta campaña electoral fue la edad y el estado físico y mental de los candidatos. Primero centrados en el excandidato demócrata Joe Biden, que acabó renunciando a la reelección tras las alarmas originadas por su pobre desempeño durante un debate frente a Trump.
Tras su salida de la campaña, sin embargo, estas mismas acusaciones se volvieron contra el republicano, de 78 años, y que -según los demócratas- podrían estar detrás de algunas de estas salidas de tono y de la incoherencia detectada en alguno de sus mítines, que pueden alargarse por más de hora y media y en los que pierde el hilo en ocasiones.
Las críticas aumentaron después de que un asesor de Trump asegurara en el medio Politico que el magnate estaría rechazando ofrecer entrevistas por su fatiga, lo que fue aprovechado por la campaña de Harris para atacar su idoneidad para el puesto.
"Ser presidente de EEUU es probablemente uno de los trabajos más difíciles del mundo", dijo Harris. "Si está agotado de estar en campaña, ¿está realmente en condiciones de hacer el trabajo? Esa es una pregunta que necesita responder", dijo Harris entonces.
Su campaña lanzó incluso un video en el que se veía a Trump aparentemente a punto de quedarse dormido en un evento de campaña en Michigan
El equipo de Trump criticó la información de Politico y, por el contrario, destacó las numerosas apariciones en medios protagonizadas por el republicano en comparación con Harris, sobre todo durante sus primeras semanas como candidata.
De hecho, Trump negó categóricamente cualquier señal de agotamiento, tal y como sugieren los demócratas. “He estado 48 días sin descanso”, respondió para demostrar su buen estado de salud.
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