¿Tiene sentido imponer nuevas restricciones de viajes para detener a ómicron, la nueva variante del covid-19?
Una nueva variante del coronavirus identificada en Sudáfrica, bautizada como ómicron este viernes por la Organización Mundial de la Salud, genera una nueva ronda de restricciones de viajes justo cuando muchas finalmente habían comenzado a levantarse. Pero, ¿qué tan útiles son esas medidas para controlar el avance de ómicron?
La OMS ha calificado a ómicron como una "variante de preocupación" y los gobiernos de todo el mundo no quieren esperar a que los científicos la estudien para imponer prohibiciones de vuelo y otras restricciones de viajes.
Estados Unidos informó este viernes que prohibirá los viajes desde Sudáfrica y otras siete naciones africanas a ciudadanos no estadounidenses a partir del lunes.
Las naciones de la Unión Europea acordaron establecer una prohibición de viajar desde Sudáfrica y otros países de la zona para contrarrestar la propagación de la variante. Reino Unido, Canadá y otros países han impuesto restricciones similares.
Las medidas renovaron el debate sobre si las prohibiciones de vuelos y otras restricciones de viajes funcionan para evitar la propagación de nuevas variantes.
Algunos dicen que, en el mejor de los casos, las restricciones pueden ganar tiempo para que se implementen nuevas medidas de salud pública. Otros afirman que, en el peor de los casos, hacen poco para detener la propagación y solo dan una falsa sensación de seguridad.
Los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades dijeron que desaconsejaban enérgicamente imponer prohibiciones de viajes a las personas procedentes de países donde se informó de la variante. Sin embargo, la Casa Blanca hizo el anuncio de que se impondrán restricciones a partir del lunes.
Restricciones de viajes, una falsa seguridad
Los países podrían ganar tiempo para acelerar la vacunación e introducir otras medidas, como el enmascaramiento y el distanciamiento social, pero es muy poco probable que eviten la entrada de nuevas variantes, dijo a la agencia AP Mark Woolhouse, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad de Edimburgo, en Escocia.
“Las restricciones de viaje pueden retrasar pero no prevenir la propagación de una variante altamente transmisible”, aseguró Woolhouse.
Amesh Adalja, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Johns Hopkins, considera que las restricciones de viaje solo le dan al público una falsa sensación de seguridad y deberían dejar de ser la reacción instintiva de los funcionarios públicos.
Adalja señaló que imponer restricciones hace que los políticos "parezcan estar haciendo algo", pero no tiene sentido cuando los países ahora tienen contramedidas como pruebas rápidas y vacunas.
Mientras tanto, el epidemiólogo jefe de Suecia, Anders Tegnell, dijo a una agencia de noticias local que no cree que una prohibición de viajar tenga un efecto importante, excepto para los países con vuelos directos a las áreas afectadas.
"Es básicamente imposible realizar un seguimiento de todos los flujos de viajes", sostuvo Tegnell al periódico Expressen.
¿Podría ser diferente esta vez?
Jeffrey Barrett, director de Covid-19 Genetics en el Wellcome Sanger Institute, asegura que la detección temprana de la nueva variante podría significar que las restricciones tomadas ahora tendrían un impacto mayor que cuando surgió la variante delta.
“La vigilancia es tan buena en Sudáfrica y otros países cercanos que encontraron esta (nueva variante), entendieron que era un problema y se lo dijeron al mundo muy rápido”, afirmó.
"Es posible que estemos en un punto anterior con esta nueva variante, por lo que es posible que todavía haya tiempo para hacer algo al respecto".
Sin embargo, Barrett dijo que las severas restricciones serían contraproducentes y que los funcionarios sudafricanos no deberían ser castigados por alertar al mundo sobre la nueva variante. "Le han hecho un servicio al mundo y debemos ayudarlos, no penalizarlos por esto".
¿Qué dice la ciencia?
Sharon Peacock, quien ha dirigido la secuenciación genética en la Universidad de Cambridge de Reino Unido, sostiene que cualquier decisión para restringir los viajes es una decisión política, no científica.
La especialista hizo hincapié en que aún existía una gran incertidumbre sobre la nueva variante, incluso si en realidad era más infecciosa o mortal.
Aunque algunas de las mutaciones detectadas parecían preocupantes, dijo que todavía no hay pruebas de que la nueva variante sea más letal o transmisible que las versiones anteriores.
"Es posible evitar la infección, pero se necesitarían restricciones muy, muy severas y solo algunos países estarían dispuestos a hacer esto", explicó.
“Ganar tiempo es importante y vale la pena, pero esta es una decisión de los encargados de formular políticas. Por el momento, no tendremos ninguna respuesta científica definitiva durante algunas semanas", afirmó Peacock.
¿Qué pasa con los impactos económicos?
Si hay algo que la economía global no necesita, es más incertidumbre.
Un nuevo coronavirus altamente transmisible plantea un riesgo económico y para la salud, que a menaza con interrumpir la recuperación económica mundial y empeorar los cuellos de botella de la cadena de suministro que ya están haciendo subir los precios.
Los mercados se desplomaron en todo el mundo debido a las preocupaciones sobre la variante y la reacción de los líderes políticos.
"Lo más preocupante de la nueva variante en este momento es lo poco que sabemos sobre ella", afirmó Craig Erlam, analista senior de mercado de la firma de comercio de divisas OANDA.