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Política
    Estados Unidos

    Los conservadores se mudan a estados rojos, los demócratas a los azules y el país queda cada vez más polarizado

    Idaho y Colorado representan polos opuestos de un fenómeno que crece en EEUU: liberales y conservadores que se mudan a zonas donde sus posiciones políticas son mayoritarias, mientras la política del país se polariza cada vez más.
    Publicado 9 Jul 2023 – 07:23 AM EDT | Actualizado 9 Jul 2023 – 07:23 AM EDT
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    Una vez que él y su esposa Jennifer se mudaron a un suburbio de Boise el año pasado, Tim Kohl finalmente pudo expresarse.

    Kohl hizo lo que la pareja nunca se atrevió en su casa anterior en las afueras de Los Ángeles: el recién retirado oficial de policía del LAPD ondeó una bandera de EEUU y otra con la 'Delgada Línea Azul' en defensa de su posición a favor de las fuerzas del orden.

    “Teníamos miedo de ponerlo”, reconoció Jennifer Kohl. Pero la pareja sabía que se habían mudado al lugar correcto cuando los vecinos lo felicitaron.

    Leah Dean está en el extremo opuesto del espectro político, pero sabe cómo se sienten los Kohl. En Texas, Dean tenía miedo de ondear una pancarta sobre el derecho al aborto fuera de su casa.

    Así que mientras los Kohl buscaban casa en Idaho, ella y su pareja encontraron un lugar en Denver donde su bandera del orgullo LGBTQ+ ondea sobre la pancarta frente a su casa que proclama "El al aborto es una responsabilidad de la comunidad".

    “Una cosa que realmente hemos encontrado es un lugar para sentirnos cómodos siendo nosotros mismos”, dijo Dean.

    La polarización política se hace una realidad geográfica

    Ambos son ejemplos de cómo los estadounidenses se están segregando por sus posiciones políticas a un ritmo acelerado, lo que no hace más que profundizar la división entre los estados.

    Solo hay dos estados en los que ambas cámaras legislativas no están en manos de un solo partido. Es más, en 28 estados, el partido que tiene el control tiene una gran mayoría en al menos una cámara, lo que significa que el partido mayoritario tiene tantos legisladores que pueden anular el veto de un gobernador.

    Aunque no es que eso sea necesario en la mayoría de los casos, ya que solo diez estados tienen gobernadores de partidos diferentes al que controla la legislatura.

    Los estados se escoran a toda velocidad hacia la izquierda o la derecha política, adoptando leyes diametralmente opuestas sobre algunos de los temas más candentes del momento.

    En Idaho, el aborto es ilegal una vez que se puede detectar un latido del corazón en un feto, a las cinco o seis semanas, y una nueva ley aprobada este año tipifica como delito ayudar a un menor a viajar fuera del estado para obtener uno. En Colorado, la ley estatal impide cualquier restricción al derecho a la interrupción del embarazo.

    En Idaho, una nueva ley impide que los menores accedan a la atención de afirmación de género, mientras que Colorado se permite que los jóvenes vengan de otros estados para acceder a los procedimientos.

    El federalismo, que permite a cada estado trazar su propio curso dentro de los límites establecidos por el Congreso y la Constitución, es el núcleo del sistema estadounidense. Permite que los estados, en palabras del exjuez de la Corte Suprema Louis Brandeis, sean "laboratorios de la democracia".

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    Ahora, algunos se preguntan si eso está separando a los estadounidenses.

    “¿Funciona eso también en un momento en que estamos tan políticamente divididos, o simplemente se convierte en un acelerador para las personas que quieren volver a segregarse?”, preguntó Rob Witwer, exlegislador republicano del estado de Colorado.

    La política es un factor cada vez mayor al elegir nuevo lugar para vivir

    Colorado e Idaho representan dos polos de homogeneización política a nivel estatal. Ambos son estados de las Montañas Rocosas de rápido crecimiento que han sido transformados por una afluencia de residentes de ideas afines.

    La vida en los dos estados puede ser bastante similar: las conversaciones giran en torno a las áreas de esquí locales, los senderos para bicicletas de montaña y cómo los recién llegados hacen que las cosas estén demasiado llenas. Pero, políticamente, ocupan cada vez más dos mundos separados.

    Witwer vio cómo Colorado giraba constantemente hacia la izquierda a medida que personas ricas y con educación universitaria llegaban huyendo de las costas a partir de fines de la década de 1990. Durante dos décadas, fue uno de los estados de más rápido crecimiento de la nación, y durante la era Trump giró bruscamente hacia la izquierda. Los demócratas controlan todas las oficinas estatales y tienen las mayorías más grandes de la historia en la legislatura, incluida una gran mayoría en la cámara baja.

    En contraste, Idaho se ha convertido en uno de los estados de más rápido crecimiento de la nación durante la última década sin perder su reputación como refugio conservador. Se ha movido aún más bruscamente hacia la derecha durante ese tiempo y se ha convertido en un faro para aquellos, como los Kohl, que huyen de los estados azules donde ya no se sienten bienvenidos.

    Los vaivenes de los estados no se deben simplemente a los que acaban de lelgar, por supuesto. La creciente agrupación de estadounidenses en enclaves de ideas afines, denominados 'The Big Sort', tiene muchas causas.

    El profesor de Harvard Ryan Enos estima que, al menos antes de la pandemia, solo el 15 % de la homogeneidad se debía al movimiento de personas. Otras causas incluyen partidos políticos que se polarizan en temas candentes que se dividen claramente en líneas demográficas, como armas y aborto, y votantes que adoptan el partidismo de sus vecinos.

    “Mucho de esto se debe a otra clasificación que está ocurriendo”, dijo Enos.

    Cuando los estadounidenses se mudan, la política no suele ser la razón explícita. Pero las elecciones de estilo de vida que hacen los ubican en comunidades dominadas por su partido preferido.

    “Los demócratas quieren vivir en lugares con cultura artística y cervecerías artesanales, y los republicanos quieren mudarse a lugares donde puedan tener un gran patio”, dijo Ryan Strickler, politólogo de la Universidad Estatal de Colorado-Pueblo.

    Pero algo puede haber cambiado a medida que el país se ha polarizado aún más. Han surgido empresas que atienden a los conservadores que huyen de los estados azules, como Blue Line Moving, que trabaja para familias que huyen de los estados azules a Florida. En Texas, un "ferrocarril subterráneo arcoíris" dirigido por un agente inmobiliario de Dallas ayuda a las familias LGBTQ+ a huir de las crecientes restricciones del estado dirigidas a esa población.

    Es posible que el interruptor se haya cambiado durante la pandemia de coronavirus en 2020, que creó una clase de trabajadores móviles que ya no estaban vinculados a los estados donde tenían su sede sus empresas. Los que ahora siguen en remoto son predominantemente trabajadores de cuello blanco y jubilados, las dos partes más comprometidas políticamente de la población nacional.

    La gestión de la pandemia como factor de polarización a nivel estatal

    Mike McCarter, quien encabezó una campaña para que el conservador este de Oregón se convirtiera en parte de Idaho, dijo que la mayoría de la gente no prestó mucha atención al gobierno estatal hasta la pandemia.

    "Entonces fue como 'Oh, ¿pueden cerrar cualquier iglesia y pueden cerrar la escuela de mis hijos?'", comenta McCarter. “ Si el gobierno a nivel estatal tiene tanto poder, es mejor que se asegure de que refleje mis valores y no los que otra persona quiere imponer”.

    La pandemia ayudó a empujar a Aaron y Carrie Friesen a Idaho. Cuando llegó la pandemia, se dieron cuenta de que podían llevar su empresa de marketing de forma remota desde su base cerca de Hilton Head, Carolina del Sur. Siempre habían planeado regresar al oeste, pero California, donde nació y se crió Aaron, que ahora tiene 39 años, resultaba cara y demasiado progresista.

    Los Friesen y sus tres hijos se establecieron en Boise. Amaban los grandes cielos, las montañas que se alzaban detrás de la ciudad, la plétora de actividades al aire libre.

    Y les gustaron las políticas de pandemia de Idaho. Cuando los Friesen visitaron, casi nadie usaba máscarillas, lo que tomaron como una buena señal: no les imporaba usarlas cuando estaban enfermos, pero quería tener que hacerlo constantemente.

    "Este era un lugar que tenía personas de ideas afines", dijo Carrie Friesen.

    Los Friesen están contentos con la dirección de su nuevo estado y las restricciones de aborto y transgénero de la última sesión legislativa. Pero no se ven a sí mismos como parte de lo que llamaron “la derecha loca”, refiriéndose a las familias que exhiben letreros de Trump en los jardines de los suburbios de Boise. Les gusta vivir cerca del centro de la ciudad, una de las áreas más liberales del estado.

    E intentan no tomar demasiadas decisiones basadas en la política, hasta cierto punto.

    “Con lo caliente que está la política hoy en día, si las personas eligen mudarse a algún lugar, lo harán donde haya personas de ideas afines”, afirma Aaron Friesen.

    Aparentemente, eso ha estado sucediendo en Idaho, dijo Mathew Hay, quien supervisa una encuesta regular de recién llegados para la Universidad Estatal de Boise. Históricamente, los recién llegados reflejaron las inclinaciones de la población republicana, con alrededor del 45% describiéndose a sí mismos como "conservadores" y el resto dividido equitativamente entre liberales y moderados.

    Pero algo cambió el año pasado: la proporción de recién llegados que dijeron que se mudaban a Idaho por la política aumentó al 9%, en comparación con el 5% de antes. El porcentaje que se describe a sí mismo como “muy conservador” también aumentó.

    Cuando Melissa Wintrow cruzó los EEUU en motocicleta en 1996, Idaho la cautivó.

    “Era este grupo razonable, con sentido común y con los pies en la tierra”, dijo Wintrow. “Por supuesto que eran conservadores, pero no iban a decir cosas abiertamente racistas y homofóbicas”.

    Ahora, como senadora estatal demócrata, Wintrow está horrorizada por cómo su estado adoptivo se ha vuelto más duro. “El estado acaba de pasar a una visión más extrema”, dijo. "Es cierto grupo de personas que temen que su 'forma de vida' esté retrocediendo en el mundo".

    En Colorado, puede estar sucediendo lo contrario. Bret Weinstein, propietario de una empresa de bienes raíces opina que la política se ha convertido en el factor principal para las personas que se deciden a comprar allí una casa.

    “Se mencionó en nuestras conversaciones iniciales”, dijo Weinstein. “Hace tres años, no recibíamos esos comentarios, nunca”.

    Ahora, muchos que ingresan al estado le dicen que están buscando una manera de escapar de las políticas conservadoras de su lugar de origen, y los propietarios que se van de Colorado dicen que están hartos de que se haya vuelto tan liberal.

    Incluso dentro de Colorado, dijo Weinstein, los compradores de viviendas eligen en función de la política, y algunos evitan las áreas conservadoras donde los debates sobre los mandatos de máscaras y el plan de estudios han dominado las reuniones de la junta escolar.

    Los liberales quieren más políticas progresistas

    Uno de esos inmigrantes con motivaciones políticas es Kathleen Rickerson, 35, que trabaja en recursos humanos para la firma de Weinstein. Rickerson, vivió en Minnesota durante siete años, pero durante la pandemia se cansó de las vocales minorías antimáscaras y antivacunas del estado.

    Los padres y la hermana de Rickerson la habían instado a unirse a ellos en Texas, pero eso estaba fuera de discusión. Lista para un cambio, Rickerson se concentró en Colorado. Se mudó a un suburbio de Denver en diciembre del 2021.

    Animada por la firme postura del estado para proteger el derecho al aborto, Rickerson quiere que los demócratas de Colorado vayan más allá.

    “Colorado es muy lento al tomar una posición sobre las cosas, y me gustaría ver que eso deje de suceder tanto”, dijo.

    Ese fue un sentimiento compartido por los progresistas de Colorado, quienes estaban frustrados porque su partido no logró aprobar la prohibición de armas de asalto y otras prioridades de la izquierda.

    "Hay un punto en el que debemos dejar de actuar como si tuviéramos que llevarnos bien con nuestros contrincantes va a preservar nuestra institución", dijo la representante estatal progresista Stephanie Vigil, luego de que el líder demócrata de la cámara dijera que era importante que los republicanos todavía sientan que tienen una voz.

    La creciente homogeneidad política en los estados dificulta que el partido de oposición se sienta involucrado, dijo Thad Kousser, politólogo de la Universidad de California en San Diego.

    “Le da a un partido la capacidad de hacer avanzar a un estado cuando está haciendo exactamente lo que quiere su electorado”, dijo.

    El sistema funciona como una especie de válvula de escape, dijo Kousser, permitiendo que la mayoría en el estado se sienta en el poder sin importar lo que esté sucediendo en Washington DC. Pero el partido minoritario local se ve defraudado.

    Los Kohl se sintieron defraudados en California. Dijeron que vieron cómo su estado natal se deterioraba ante sus ojos y que nadie estaba dispuesto a solucionar los problemas como la basura apilada con campamentos para personas sin hogar o que el dinero de los impuestos parecía ir a los inmigrantes que habían entrado ilegalmente al país en lugar de a los ciudadanos estadounidenses.


    La madre de Jennifer calificó para recibir asistencia del gobierno debido a sus bajos ingresos, pero estuvo en docenas de listas de espera de siete años. La estación de policía de Tim, en una antigua colonia hippie en las montañas que atraviesan el oeste de Los Ángeles, fue incendiada durante las protestas por la muerte de George Floyd en 2020.

    Los Kohl querían vivir en un estado rojo, pero Jennifer dijo que no son solo votantes de línea partidaria. Enfermera, no se ha registrado con ninguna de las partes y tiene una amplia gama de creencias, incluida la de que el aborto a veces es necesario.

    “Creo en tantas cosas diferentes”, dijo. Aunque en general, se sienten más cómodos en un lugar más conservador.

    “Aquí, el dinero de los impuestos naturalmente va a los ciudadanos, no a los inmigrantes”, dijo Tim Kohl, quien puede entender por qué Idaho está creciendo tan rápido. “La mayoría de las personas que hemos conocido aquí son originarias de California”.

    En Denver, Dean encontró a otras personas que huyeron de los estados republicanos. Ella y su pareja, Cassidy Dean, descubrieron que sus vecinos huyeron de Florida después del duro giro del estado hacia la derecha política.

    Además, cuando Leah Dean era una estudiante universitaria en San Antonio en 2008 tuvo un aborto. Se irritó por los obstáculos que enfrentó (el período de espera exigido por el estado antes del procedimiento, tener que hacerse una ecografía antes del procedimiento) y se convirtió en una activista demócrata comprometida.

    Conoció a su pareja en la convención del partido estatal de Texas en 2016, y cada año desde entonces ha sentido que la legislatura estatal republicana y el gobernador hacen que el estado sea cada vez más inhóspito para personas como ella.

    Ahora en Colorado, ella y su conservan en remoto sus trabajos de Texas. Tienen salidas sociales limitadas, pero se encargaron de eso lanzándose nuevamente a la política, y Leah Dean se convirtió en vicepresidenta de los demócratas de Denver.

    “También es la forma en que conocemos a la gente”, dijo. “No tenemos otra manera”.

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