Por qué no hay elecciones para escoger al primer ministro británico
Reino Unido vive tiempos de una inestabilidad política extrema, a la búsqueda de quien sustituya a Liz Truss, que renunció tras 44 días como primera ministra tras reemplazar al también dimitido Boris Johnson.
Y mientras avanzan a elegir el que será su tercer jefe de gobierno en siete semanas no es extraño preguntarse por qué no hay elecciones. Eso es lo que exige, de hecho, el opositor Partido Laborista.
Pero los conservadores en el gobierno tienen la potestad de elegir otro primer ministro de entre sus propias filas. Es su derecho debido a la forma en que funciona la democracia parlamentaria británica.
Los británicos no votan directamente al primer ministro: es una democracia parlamentaria
Reino Unido está dividido en 650 distritos electorales locales. Los electores marcan una casilla para quien quieren que se convierta en diputado en el Parlamento. Y son estos los que eligen al jefe del gobierno.
En la mayoría de los casos, lo electores optan por la candidatura de uno de los principales partidos políticos del país: el Conservador (derecha) o Laborista (izquierda).
El partido que gana la mayoría de los escaños forma un gobierno y el líder de ese partido automáticamente se convierte en primer ministro.
Si bien las coaliciones son posibles, el sistema de votación favorece a los dos partidos más grandes y, en la mayoría de los casos, un solo partido obtendrá la mayoría absoluta de los escaños, como es el caso de los conservadores en el Parlamento actual.
¿Cómo eligen los partidos británicos a sus líderes?
Desde 1922, los 20 primeros ministros británicos han provenido del Partido Laborista o del Partido Conservador.
Esto significa que los parlamentarios de estos partidos tienen una gran influencia sobre quién será el primer ministro.
Para el Partido Conservador, sus legisladores primero deben señalar su apoyo a un líder potencial. En el caso de esta semana, los aspirantes
deben presentar este lunes el respaldo de al menos 100 de los 357 parlamentarios conservadores. Esto, matemáticamente, ya limita la carrera a un máximo de tres candidatos.
De ser necesario, los parlamentarios celebran dos votaciones: la primera para dejar la contienda a dos candidatos y la segunda como 'indicación' a los del partido sobre la opción preferida de los diputados.
Finalmente, son los militantes del partido, alrededor de 180,000 personas, los que votan entre estos dos candidatos. La última vez eligieron a Liz Truss sobre Rishi Sunak.
Pero también puede ser que los parlamentarios se unan alrededor de un solo candidato, entonces no hay necesidad de celebrar la votación de los militantes. Esto sucedió en 2016 cuando los legisladores respaldaron a Theresa May tras la renuncia de David Cameron y automáticamente se convirtió en primera ministra.
El Partido Laborista tiene su propio proceso que es, posiblemente, aún más complicado.
¿Pero Reino Unido no había elegido a Boris Johnson en 2019?
Boris Johnson fue seleccionado por su partido tras la dimisión de Theresa May.
Ya había sido primer ministro durante cinco meses cuando ganó las elecciones de diciembre de 2019. El apoyo de los votantes a su candidatura al frente del Partido Conservador sirvió para consolidar su posición como jefe del gobierno.
Sin embargo, incluso en esa elección, solo alrededor de 70,000 personas tuvieron la oportunidad de votar directamente a favor o en contra de Johnson. Es decir, su nombre solo lo encontraron en su boleta aquellos que vivían en su distrito electoral parlamentario de South Ruislip y Uxbridge, en el oeste de Londres.
Luego, una serie de escándalos lo llevaron a dimitir y la entonces ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss, se convirtió en primera ministra tras ganarle la elección de los militantes del partido al exministro de Economía Rishi Sunak.
La dimisión de Truss volvió a desatar el proceso. Todo, sin convocar elecciones generales.
¿Habrá elecciones generales pronto?
Constitucionalmente, no se requieren elecciones generales durante dos años más.
Pero a medida que los primeros ministros van y vienen, seleccionados por una pequeña proporción de la población, muchos británicos comienzan a preguntarse por qué no tienen la oportunidad de decidir quién es su próximo líder.
Es probable que el clamor por unas elecciones generales en el futuro cercano se haga más fuerte.
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