El volcán Cumbre Vieja hizo erupción este fin de semana produciendo
lenguas de lava de casi 20 pies en
la isla de la Palma, ubicada en el archipiélago español de las Islas Canarias, en el noroeste de África. La destrucción material que deja a su paso es ya visible, pero por el momento no hay víctimas. Crédito: Jonathan Rodriguez/AP
Las autoridades ya estaban en alerta porque se había incrementado notablemente
la actividad sísmica desde el 11 de septiembre.
El Instituto Volcanológico de Canarias tiene un equipo sobre el terreno reportando esta erupción desde el comienzo.
Crédito: Jonathan Rodriguez/AP
Crédito: Jonathan Rodriguez/AP
"Esa lengua de lava engulle todo lo que va encontrando a su paso", describió
Mariano Hernández Zapata, presidente del Cabildo de La Palma, en
Televisión Española.
"Es dramático ver como muchos proyectos de vida desaparecen", agregó. Crédito: DESIREE MARTIN/AFP via Getty Images
La lava engulle todo lo que encuentra a su paso y ya ha destruido más de cien casas, además de carreteras y cultivos.
Unas 5,000 personas han tenido que ser evacuadas de emergencia. Crédito: Guardia Civil de España / Twitter
Se trata de una
erupción del volcán Cumbre Vieja,
la primera en 50 años tanto en la isla de la Palma como en España. Crédito: DESIREE MARTIN/AFP via Getty Images
Este lunes
la lava sigue abriéndose paso por la isla y
se espera que llegue a la costa antes de que termine la jornada. Avanza a una velocidad de casi media milla, 700 metros, por hora. Crédito: Jonathan Rodriguez/AP
De acuerdo al presidente canario,
Ángel Víctor Torres, el Cumbre Vieja tendría unos 65 millones de pies cúbicos de lava. Así,
la erupción continuará, aunque aseguró que la seguridad está garantizada. Crédito: Jonathan Rodriguez/AP
Dentro de las tareas de las fuerzas de seguridad y de emergencias está también el rescate de animales, como puede verse en este reporte de
la Guardia Civil de España. Crédito: Guardia Civil de España/ Twitter
Las personas evacuadas relataron a los medios que todo fue rapidísimo y apenas alcanzaron a recoger sus objetos personales. Ahora están a la espera, no saben cuándo podrán volver a sus casas y en qué estado las encontrarán. Crédito: Jonathan Rodriguez/AP