La misteriosa 'desaparición' del pez dorado divide a los pescadores en EEUU: ¿cuál sería la causa?
En una reciente reunión de reguladores federales en los Cayos de Florida, los pescadores locales encendieron las alarmas para advertir que uno de los peces más populares, el pez dorado o Mahi Mahi, está desapareciendo rápidamente de las aguas.
Culpan por ello a los buques de pesca comerciales más grandes que utilizan largas líneas para capturar los bancos migratorios del dorado.
"Está empeorando progresivamente", afirma Jon Reynolds, un veterano capitán de barcos chárter en Islamorada. Reynolds asegura que la situación está perjudicando el sustento de pequeños negocios familiares, además de afectar el entorno de las aguas costeras que atraen a miles de turistas cada año.
Los capitanes de barcos chárter, así como quienes pescan por ocio, dicen que cada vez ven menos dorados en las costas de Florida y Puerto Rico, y que los que capturan son mucho más pequeños de lo que estos veteranos pescadores han pescado por décadas.
La pesca con anzuelo y cebo, y líneas largas
Pero los reguladores de la industria y los barcos de pesca comercial dicen que la situación de los barcos de alquiler es más complicada que eso. La pesca comercial con líneas largas de anzuelos con cebo, conocido como palangre, no está permitida en la costa de Florida y las normas federales asignan a la gran mayoría de los 24.5 millones de libras permitas anualmente de la pesca del dorado a los pescadores privados.
Mientras que los barcos chárter tienen un límite anual de casi 22 millones de libras, o el 93% de las codiciados dorados, menos del 7% o unos 1.7 millones de libras se reserva para los buques comerciales.
Mientras que hay miles de barcos de alquiler que llevan a los clientes recreativos a pescar durante un día o medio día por toda la Costa Este de Estados Unidos, solo unos 50 barcos comerciales con licencia pueden operar en esas aguas, según los reguladores pesqueros del Departamento de Comercio y la NOAA, la istración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Los pescadores comerciales dicen que es injusto culparlos por la disminución del dorado
"No se sabe exactamente de qué se trata ni por qué ocurre este fenómeno del misterio del Mahi Mahi", dijo a Univision Noticias Dewey Hemilright, propietario de un barco de pesca comercial de 42 pies de Carolina del Norte, el Tarbaby. "Probablemente habría que preguntarle al gran Dios en los cielos o a la Madre Naturaleza. Pero señalar a un grupo al que solo se le permite el 7% de la asignación total para mí es una falsedad", agregó.
Científicos afirman que otros factores podrían estar incidiendo en el patrón migratorio de los peces que van al norte en busca de aguas más frías: el impacto del cambio climático y el calentamiento del océano podrían ser dos de ellos.
La crisis parece estar afectando en mayor medida al sureste de Estados Unidos, porque pescadores más al norte, en Carolina del Norte y Nueva Jersey, informan todavía capturas 'saludables'.
En Florida hay más pescadores que en cualquier otro estado del país. La industria pesquera mueve miles de millones de dólares y es el sustento de decenas de miles de familias. Los dorados, junto con el pez espada y el marlín, son los más codiciados.
"Es divertido pescarlos. Son luchadores. Saltan fuera del agua y son muy coloridos", dijo Reynolds, describiendo por qué el pez azul-verde que puede pesar hasta casi 90 libras es una atracción tan popular para ellos. "Lo más difícil es encontrarlos", añadió.
Antes era mucho más fácil.
Hasta hace siete u ocho años era común ver peces de 30 a 40 libras de peso durante el verano, dicen los capitanes de los barcos chárter de Florida. Ahora, rara vez ven peces de ese tamaño, lo que obliga a los capitanes de los barcos a pescar otras especies, como el pez espada, el pargo rojo, el peto (Wahoo) y el atún.
Los barcos chárter han aceptado la nueva normativa federal que limita sus capturas de dorados de 60 peces por barco a 54. Pero dicen que les gustaría que también se pusieran mayores límites a los pescadores comerciales.
Hay más dorados en Carolina del Norte y Nueva Jersey
"Ciertamente hemos escuchado las preocupaciones de los pescadores, especialmente en el sureste de Florida, sobre la disminución tanto de la abundancia como del tamaño de los dorados", dijo Andy Strelcheck, regional del sureste para la división de pesca de la NOAA.
Pero añadió que esa preocupación no era compartida en toda la Costa Este. "En algunas zonas se dice que puede haber más peces grandes allí. Así que no es un mensaje consistente ahora mismo de todos los pescadores con los que trabajamos", dijo a Univision.
Los capitanes de las embarcaciones de pesca chárter se quejan de que a los pescadores de palangre se les permite capturar los dorados utilizando líneas de hasta 32 millas, con miles de anzuelos a la vez, lo que les permite realizar capturas masivas en un corto período de tiempo.
"Solo desde un punto de vista moral, el hecho de que sigamos permitiendo legalmente ese tipo de pesca en el estado en que se encuentran nuestros océanos, para que esto sea aceptable por nuestra gestión pesquera, es absolutamente repugnante", dijo Reynolds, el capitán de Islamorada, Florida.
Los reguladores dicen que están estudiando los datos para tener una mejor idea de lo que hay que hacer. Pero señalan que los barcos de pesca comercial ya están fuertemente regulados para controlar sus capturas.
"Estados Unidos tiene un historial bastante exitoso de gestión de la pesca sostenible y se nos considera un líder mundial en términos de gestión de la pesca", dijo Strelcheck, de la NOAA. Pero, siempre que una especie pesquera muestre señales de un declive, dijo que la normativa puede modificarse.
"Escuchamos a los electores alto y claro, estamos estudiando el asunto y creo que la gestión está en un lugar donde podemos reaccionar y podemos hacer ajustes en lagestión para ayudar a esta pesca", añadió.
La pesca comercial se controla mediante inspecciones a bordo, así como con cámaras montadas, y la obligación de presentar bitácoras de lo que traen a bordo. También se realizan mediciones cuando descargan sus capturas en lugares de específicos para su venta a comerciantes de mariscos autorizados por el gobierno federal. "Hay muchos controles y equilibrios", dijo Strelcheck. La falta de cuadernos con esos datos puede retrasar la renovación de los permisos de pesca, añadió.
Los científicos vigilan el patrón migratorio del dorado
Los dorados se reproducen con facilidad y son un pez de rápido crecimiento, por lo que si están en declive la esperanza es que puedan recuperarse rápidamente, dijo Mandy Karnauskas, científica de ecosistemas de la NOAA.
Los científicos también recopilan datos sobre el movimiento de los dorados, vigilando así su migración a lo largo de la Costa Este dentro de las aguas comerciales de Esatdos Unidos, que se extienden desde tres millas hasta 200 millas de la costa.
Los funcionarios estadounidenses reconocen que tienen pocos datos sobre lo que ocurre con los dorados fuera de esas aguas. Debido a que migran a grandes distancias, solo pasan parte de su vida de un promedio de tres a cinco años en aguas estadounidenses, dijo Karnauskas. Las autoridades estiman que los pescadores estadounidenses únicamente son responsables de alrededor del 50% de las capturas, sobre todo durante la primavera y el verano, cuando migran hacia el norte, desde el Caribe hasta Maine.
"Esas zonas desconocidas para el dorado en el Atlántico occidental tienden a estar en la parte sur del área de distribución, en la zona del Caribe", dijo John Hadley, economista del Consejo de Gestión Pesquera del Atlántico Sur, una rama del Departamento de Comercio. Aunque se ha establecido con evidencia que había una tendencia a la disminución de los dorados en el sur de Florida, "la pregunta del millón es cuál es la causa concreta de ello", dijo.
Aunque puede ser que se estén capturando más peces fuera de las aguas estadounidenses, también puede haber una explicación medioambiental. "Es posible que haya algún tipo de cambio climático o medioambiental" que impulse a los peces a migrar más al norte, tal vez debido a las temperaturas más cálidas del mar, dijo Hadley.
Los pescadores artesanales luchan por ganarse la vida en Puerto Rico
Una fosa marina frente a la costa de Puerto Rico constituye una muy buena zona de alimentación para los dorados. "Cuando los 'palangreros' están en nuestras aguas diezman bastante nuestras poblaciones de dorado", dijo el capitán Jesús 'Milo' Durán, un pescador artesanal de Boquerón, una ciudad turística de la costa oeste de Puerto Rico conocida por sus restaurantes de mariscos.
"Pasan por esta zona todos los años en febrero y marzo. Nos dejan prácticamente con las manos vacías. Es un gran golpe para nuestra industria", añade.
Durán lleva 20 años pescando en esas aguas con un barco de 23 pies, vendiendo parte de sus capturas a los restaurantes locales. A veces le acompaña su hija de 15 años, Galilea, una experta pescadora.
El ojo del huracán Fiona pasó justo por encima de Boquerón el mes pasado y Durán estuvo 20 días sin electricidad, sin poder pescar. "Somos un negocio familiar y tuvimos cero ingresos durante un mes. El Mahi Mahi era uno de nuestros principales ingresos", dijo.
Los peces más pequeños valen menos dinero en los restaurantes, ya que no proporcionan el grueso filete de pescado que les gusta a los comensales. El Mahi Mahi importado envasado al vacío ha ganado terreno en el mercado, dijo, y se vende por apenas $5 la libra. "Lo compran a un precio con el que no podemos competir", dijo, afirmando que un Mahi Mahi de buen tamaño puede venderse a $15 la libra.
"Nos están echando del negocio," lamentó.
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