El vicepresidente Pence reconoce que las condiciones en centros de detención de migrantes "son inaceptables" y pide al Congreso actuar

El videpresidente de EEUU, Mike Pence, indicó que son inaceptables las condiciones de detención de cientos de migrantes en centros ubicados en la frontera mientras realizaba una visita y pidió al Congreso que actúe.
Pence visitó con senadores republicanos y el secretario de Seguridad Nacional en funciones los centros de Donna y de la Patrulla Fronteriza en McAllen donde son retenidos familias y adultos, respectivamente, luego de que cruzan la frontera ilegalmente.
"Esa es la razón por la que estamos pidiendo que el Congreso provea 4,600 millones de dolares adicionales para apoyar a la Patrulla Fronteriza", dijo Pence al reconocer que no son aceptables las condiciones allí.
"La estación de McAllen, donde las celdas están sobrepobladas... debe haber un mensaje claro a cada estadounidense de que el tiempo para la acción es ahora y que el Congreso actúe ya para poner fin al flujo de familias que están viniendo al norte desde América Central", agregó.
La visita de Pence a la zona ocurre cuando reportes indican que el gobierno del presidente Donald Trump aceptó permitir que el pediatra Paul Wise, de la Universidad de Stanford, efectúe una investigación independiente sobre las condiciones de salud de los niños migrantes en los centros de detención de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), según informó CNN.
El investigador, especialista en medicina neonatal y del desarrollo, visitó los centros de detención fronterizos durante el verano de 2018 y encontró elementos para criticar las condiciones en las que se encuentran los niños migrantes, según publicó entonces la propia universidad.
En ese informe el experto describió que se les mantiene recluidos en jaulas y que una de las mayores preocupaciones es la inadecuada infraestructura de atención médica para los menores y sus familias.
Un acuerdo alcanzado tras una demanda contra el gobierno en un tribunal federal permitirá a Wise entrar otra vez a las instalaciones de CBP para evaluar las condiciones y examinar a los niños que se encuentran bajo el resguardo de las autoridades estadounidenses, una decisión que han aplaudido los abogados por los derechos de la infancia.
Jennifer Podkul, directora de Política y Defensa de la organización Kids in need of defense, celebró el permiso para realizar la investigación independiente e indicó que "la supervisión de terceros es crucial para garantizar que el gobierno esté a la altura de los estándares mínimos acordados al retener a niños".
Podkul lamentó que la decisión haya tardado tanto tiempo y que durante el proceso hayan muerto varios menores de edad. De hecho, desde septiembre de 2018, han fallecido al menos cuatro niños en o después de haber sido liberados de la custodia de la CBP.
Según evidencias presentadas ante autoridades judiciales, la pediatra Dolly Sevier, en Brownsville, Texas, visitó a niños en un centro de detención y concluyó que las condiciones de estos "podrían compararse con las instalaciones de tortura. Es decir, temperaturas extremadamente frías, luces encendidas las 24 horas del día, no hay adecuado a atención médica, saneamiento básico, agua o comida adecuada".
Las familias migrantes han señalado las condiciones deplorables en las que se encuentran los menores. Por ejemplo, una madre dijo que no tenía forma de lavar el biberón de su bebé, y su bebé presentó vómitos y diarrea, y aunque pidió ayuda dos veces, los guardias consideraron que su bebé no necesitaba atención médica.
Aunque los niños migrantes no pueden estar bajo custodia de la Patrulla Fronteriza por más de 72 horas, según el Acuerdo Flores (1997), hay evidencias de que alrededor de un tercio de los niños han permanecido más tiempo en los centros de detención, incluso hasta más de dos semanas.
De octubre de 2018 a mayo de 2019, más de 230,000 niños han sido detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México, de los cuales, alrededor de 170,000 venían acompañados por un padre o tutor legal; mientras que otros 56,000 no estaban acompañados, una situación que ha sido también motivo de preocupación para organismos internacionales como la Unicef.
De hecho, recientemente la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se dijo "horrorizada" por las condiciones que enfrentan los niños migrantes y refugiados en los centros de detención en Estados Unidos.