Lo que Walter perdió por una bala de la policía que le atravesó el cerebro

LOS ÁNGELES, California.- Poco es lo que el guatemalteco Walter DeLeón recuerda del día que una bala le atravesó el cerebro, de aquella tarde de verano que había salido a caminar al parque como habitualmente lo hacía, de aquel momento en que le destrozaron el cráneo y también la vida.
“Sólo recuerdo que hacía un calor tremendo”, dice en entrevista para Univisión Los Ángeles sobre ese 19 de junio de 2015, el día que oficiales del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) le dispararon en repetidas ocasiones al creer que en la pequeña toalla que llevaba para secarse el sudor escondía un arma, según describe el informe oficial.
Walter DeLeón tiene 49 años y el rostro desfigurado por uno de esos disparos, que además lo dejó paralítico, sin un ojo y visión parcial en el otro, sin la cuarta parte del cerebro, sin sensibilidad en la mitad del cuerpo, y con deficiencia en el habla, orientación, oído y memoria.
Este inmigrante centroamericano llegó a Estados Unidos cuando era niño y trabajaba como conductor de camión que transportaba materiales para construcción. En sus ratos libres solía ir a pasear por Griffith Park.
Esa calurosa tarde que cambió su vida, Walter regresaba a su casa después de la habitual caminata cuando dos policías del LAPD lo abordaron por considerar que actuaba de manera sospechosa.
"Los oficiales observaron que un hombre en la banqueta caminaba hacia ellos de forma agresiva y les apuntaba con sus manos, envueltas en una tela gris. Salieron de su vehículo y, creyendo que el hombre tenía una pistola, le ordenaron que la tirara. El hombre se negó a cumplir la instrucción del oficial, en ese momento ocurrió el tiroteo", relata la ficha policial sobre el caso.
De los dos policías que participaron en el tiroteo, sólo uno fue identificado por el LAPD, el oficial Cairo Palacios, con 9 años en la corporación.
Un automovilista atrapado por el tráfico vespertino logró grabar con su teléfono celular cuando Walter estaba tendido y uno de los agentes lo voltea para esposarlo mientras sangraba profusamente.
"Te disparamos"
Walter estuvo en estado de coma durante dos semanas y al despertar preguntó qué había pasado al oficial que lo custodiaba en el hospital.
“Te disparamos”, dice que fueron las frías palabras con las que respondió el oficial.
Walter cuenta que en ese momento se echó a llorar, como lo hace cada vez que se acuerda de esa respuesta, porque hasta la fecha no entiende por qué le dispararon.
Nueve meses y nueve operaciones de alto riesgo después, Walter tuvo a aquel video que grabó el automovilista.
“No lo terminé de ver, no aguanté”, dijo con esa voz que el llanto corta. “No aguanté ver cómo volteaban mi cuerpo, como si fuera un animal”.
"La vida se me volteó boca abajo"
A pesar del sufrimiento que padece por no poder caminar como lo hacía en el Griffith Park y por no poder disfrutar la vida por lo atrofiado que quedaron sus sentidos, Walter está agradecido por haber podido sobrevivir.
“No sólo yo estoy sufriendo, también mi madre y mi hermana que están al lado mío, que me cuidan, la vida se me volteó boca abajo, pero hay muchos que no han sobrevivido y yo estoy aquí para hablar de esta injusticia”.
Para evitar que se siga repitiendo lo que le pasó, dijo Walter, ha iniciado una demanda civil que busca compesación de daños y que cambien las prácticas, tanto en el LAPD como en otras corporaciones, sobre la forma en que sus oficiales tratan y abordan a los ciudadanos.
“La razón de esta entrevista y de la demanda es porque quiero que haya cambios al entrenamiento de policías, porque no es justo lo que me hicieron, no es justo que sólo disparen a matar”.
LAPD y la fuerza letal
El Departamento de Policía de Los Ángeles anunció el pasado 15 de marzo que, en vista de la propensión de los agentes a utilizar su arma de fuego en situaciones de tensión , van a reformar las reglas del uso de fuerza letal. El cambio se produce después de un informe interno en el que se detectó un lenguaje que no hace hincapié en que el empleo de la pistola debe ser el último recurso.
El informe fue resultado salió a la luz unas semanas después de que se conocieran los datos de los tiroteos en los que participó la policía en Los Ángeles en 2015, año en el que los agentes estuvieron envueltos en 48 incidentes en los que dispararon sus armas de fuego y acabaron con la vida de 21 personas , 14 de ellas enfermas mentales.
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