Asesino en serie "Casanova Killer" dedica a Trump sus últimas palabras: la ejecución de Glen Rogers
ORLANDO, Florida.- Glen Rogers, de 62 años, conocido como el “ Asesino Casanova” y sospechoso de múltiples asesinatos, fue ejecutado el jueves en la Prisión Estatal de Florida mediante inyección letal.
Condenado por el asesinato en 1995 de Tina Marie Cribbs, una madre de dos hijos de 34 años, Rogers utilizó sus últimas palabras para expresar su apoyo al presidente Donald Trump.
“ Presidente Trump, sigue haciendo grande a América. Estoy listo para partir”. Fue declarado muerto a las 6:16 p.m., tras un procedimiento que duró apenas 16 minutos.
Rogers, originario de Hamilton, Ohio, conoció a Cribbs en un bar en Tampa, donde la asesinó y posteriormente huyó en su automóvil. Fue capturado tras una persecución en Kentucky.
Además, fue sentenciado a muerte en California por el asesinato de Sandra Gallagher, otra madre que conoció en un bar en Van Nuys.
Su historial delictivo lo convirtió en un sospechoso en varios casos no resueltos, e incluso se le relacionó, sin pruebas concluyentes, con los asesinatos de Nicole Brown Simpson y Ron Goldman en 1994, un caso que capturó la atención mundial. La policía de Los Ángeles descartó su implicación, afirmando que no había evidencia que lo vinculara.
Apodado el “Asesino Casanova” o “Asesino Transcontinental” por su carisma y la similitud de sus víctimas, que eran mujeres treintañeras, pequeñas y pelirrojas , Rogers afirmó alguna vez haber matado a unas 70 personas, aunque luego se retractó.
Su caso inspiró documentales, como “Mi hermano el asesino en serie” (2012), que exploró su vida a través de entrevistas con su hermano Clay y un perfilador criminal.
Así fueron los últimos momentos del Asesino Casanova
En su declaración final, Rogers agradeció a su esposa, quien lo visitó ese día, según registros penitenciarios, y añadió enigmáticamente: “En un futuro cercano, sus preguntas serán respondidas”, sin dar más detalles.
Durante la ejecución, permaneció inmóvil, con la boca ligeramente abierta. Un guardia lo sacudió por los hombros y gritó su nombre para verificar su consciencia, pero no hubo respuesta. Ningún familiar de Cribbs habló con la prensa tras el evento.
Rogers fue el quinto reo ejecutado en Florida este año, bajo un protocolo de inyección letal que utiliza un cóctel de tres drogas: un sedante, un paralizante y un fármaco que detiene el corazón. La Corte Suprema de EE.UU. rechazó sus apelaciones finales el miércoles, y los intentos de sus abogados por conmutar su sentencia, argumentando nuevas leyes estatales sobre abuso infantil, fueron desestimados.
El próximo reo en enfrentar la ejecución en Florida es Anthony Wainwright, programado para el 10 de junio, condenado por el secuestro, violación y asesinato de una mujer en 1994.
Mientras tanto, el caso de Rogers cierra un capítulo en una serie de crímenes que marcaron la crónica negra estadounidense, dejando tras de sí preguntas sin respuesta y un eco de controversia política en sus últimas palabras.
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