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Ciencia y Tecnología

¿Eres una persona amigable? Podrías estar más evolucionado, según la ciencia

Publicado 19 Ago 2020 – 06:43 PM EDT | Actualizado 19 Ago 2020 – 06:43 PM EDT
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Además de los cambios físicos, las habilidades de comunicación e interacción humana son una característica evolutiva y la amabilidad podría ser prueba de ello.

Las habilidades de comunicación humana nos distinguen de otras especies, como los primates, porque son parte del proceso de evolución.

Desde la antigüedad, los humanos destacaron por ser seres grupales y sociales que formaron comunidades para sobrevivir y establecerse.

Las habilidades de cooperación son características de los humanos para favorecer el desarrollo cognitivo y distinguirse como especie.

La estructura social en todas las especies animales se limita en dos categorías: aquellos comportamientos que hacen que dos o más individuos se atraigan y los que provocan aislamiento.

Los humanos, a diferencia de otras especies, tienen un espectro de comportamientos mucho más amplio dentro de la estructura social, en el cual se premia la amabilidad por encima de la hostilidad.

Cualquiera de los comportamientos está basado en las habilidades cognitivas que permiten que los humanos sientan, razonen y se expresen de determinada manera.

Los cambios no solo han sido a nivel conductual o cognitivo, sino ese mismo proceso evolutivo se ha manifestado en el físico.

Algunas características son: orejas caídas, nariz corta, maduración sexual anticipada y aspecto juvenil prolongado. Nuestra especie también presenta cambios en la estructura ósea, como el tamaño del cráneo, la mandíbula y los dientes.

Según la ciencia, esos cambios físicos, además de ser consecuencia de la evolución, son resultado del síndrome de domesticación.

Los científicos han detectado diferencias biológicas entre los animales salvajes y los domésticos. Entre ellas, las células de la cresta neural, las cuales se asocian al proceso de domesticación.

En comparación con otros homínidos, como los neandertales, los humanos de la actualidad tenemos características mejor evolucionadas y relacionadas a la domesticación. Esto quiere decir que somos menos agresivos y más amables.

Las capacidades de socialización están ligadas al proceso humano que ha permitido generar comunidades y empatía por los otros. Es por eso que, en términos estrictamente científicos, las personas más amables podrían estar más evolucionadas.

Sin embargo, existen trastornos de comportamiento que alteran los procesos de socialización. Por una parte está el espectro autista (TEA) y, por otra, el síndrome de Williams.

Mientras que las personas dentro del TEA tienen dificultades para relacionarse socialmente, aquellas con el síndrome de Williams son hipersociables.

Se ha demostrado que el síndrome de Williams está relacionado a una alteración genética ligada al desarrollo de la cresta neural, lo cual facilita la interacción de los individuos.

En el caso de TEA, no se ha demostrado que sea un cambio en los genes, pero sí está relacionado a los estímulos cerebrales y sus respuestas neurobiológicas.

El síndrome de Williams es menos común que el TEA; sin embargo, los pacientes también presentan cambios físicos en el rostro y pueden tener complicaciones cardiovasculares.

Ambos padecimientos son un ejemplo de cómo las alteraciones en el desarrollo, ya sea físico o genético, tienen una repercusión directa en las habilidades de comunicación humana. Por otro lado, podemos asegurar que tener empatía y llevarte bien con los demás es parte de un claro proceso evolutivo.

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