Las películas del grupo de actores y creadores de comedia que surgieron bajo el influjo de Judd Apatow, ese nuevo «frat pack» que incluyó entre otros a Seth Rogen, James Franco, Danny McBride, Paul Rudd, Jonah Hill y Jason Segel, definitivamente no son para todo el mundo.
Pero para sus fans, Pineapple Express es un verdadero hito.
Una continuación espiritual y más adulta (aunque no más madura) de Superbad, que se había estrenado el año anterior, y una película que terminó por definir el distintivo estilo de comedia del grupo, marcado por la camaradería masculina y el humor vulgar y sexual, aplacados por su sensibilidad stoner y su honestidad sentimental.
Pineapple Express es una gran representante de todos estos rasgos.
Seth Rogen y James Franco volverán a colaborar ahora en la película The Disaster Artist, basada en el detrás de escenas del clásico de culto The Room, de Tommy Wiseau, «la Citizen Kane de las malas películas».
La película, que ha recorrido festivales de cine y circuitos independientes, ha sido muy bien recibida y parece ser consagratoria para James Franco como director.
Por este motivo, Indiewire convocó a Seth Rogen para publicar un perfil de su habitual colaborador y amigo James Franco, con quien se habían conocido a fines de los 90 haciendo la serie de culto Freaks and Geeks.
Rogen recordó cómo fue cuando recién se habían conocido.
«Yo había conocido a James ocho años antes cuando estábamos en Freaks and Geeks. Nos llevamos bien en aquel momento, pero si me hubieras dicho entonces que se iba a convertir en alguien muy cercano probablemente no te hubiera creído. Cuando la serie fue cancelada dejamos de vernos por muchos años. Él ingresó en una etapa de su carrera que yo realmente no entendía o no apreciaba. Recuerdo tratar de convencerlo para que no aceptara el papel de James Dean en aquella película para la TV [James Dean, 2001]. Le decía algo como “sí, y a mí me gustaría interpretar a Marlon Brando. Todos deberíamos interpretar a los grandes actores de todos los tiempos, sería genial, seguro nadie pensará que somos unos tarados”. Y él no me hizo caso, fue e interpretó a James Dean y se ganó un Globo de Oro, y yo pensé “carajo, realmente interpretó a uno de los grandes actores de todos los tiempos, y lo hizo lo suficientemente bien como para ganar un premio”»
Luego, Rogen recuerda una anécdota del rodaje de Pineapple Express.
«Evan Goldberg y yo estábamos escribiendo Pineapple Express y Judd Apatow sugirió que James Franco protagonizara la película conmigo. Siempre había pensado que era un actor hilarante y veía que estaba en una etapa de su carrera en la que estaba siendo completamente desaprovechado. Quiero decir, a mí me gustan las películas City By the Sea y Annapolis como a cualquiera, pero era raro ver a James hacer esa clase de papeles cuando siempre parecía estar dispuesto a hacer cosas mucho más grandes. Así que Franco se sumó a nuestra película y volvimos a conectar y todo fue bello y maravilloso y tal como podíamos esperar. Comenzamos a filmar y hay una escena en la que nuestros personajes huelen una enorme bolsa de marihuana (gran sorpresa, lo sé) y el director corta. Entre las tomas, yo me empecé a reír solo y Franco me preguntó de qué me reía. Yo le expliqué: "Es un chiste que se me ocurrió pero no creo que se pueda decir en la película porque es demasiado ridículo. Simplemente me pareció gracioso si el personaje oliera la marihuana y dijera que huele como la vagina de Dios. No creo que pueda decir eso". Franco se sonrió y después se retomó el rodaje. Olimos la bolsa de marihuana y Franco dice "¡Huele como la vagina de Dios!". El director corta y todo el mundo estalla en carcajadas, deshaciéndose en elogios a Franco. Se convirtió en una de las líneas más graciosas de la película y una que me gusta particularmente»
La anécdota, según Rogen, no es para denunciar que James Franco le robó la mejor línea de la película. Al menos no exclusivamente para eso.
«La moraleja de la historia no es que a mí se me ocurrió un chiste y James Franco me lo robó, aunque se siente bien haber revelado esta información. La lección que aprendí es que las ideas que se te ocurren están bien, especialmente aquellas que tu instinto te dice "no debería hacer eso, nadie quiere escuchar eso, esto me hará quedar mal, sería una locura". Esas probablemente son las mejores ideas. El mundo podría no estar de acuerdo contigo. Pero hay ideas que te mantienen (me mantienen) feliz. Son esas ideas que luego recuerdas y piensas: "me alegra haber hecho eso. Para bien o para mal, esa esa es una verdadera expresión de mí y mi sensibilidad"»