Tener un hijo de alguien fallecido es posible, pero no fácil: todo lo que debes saber
Pensar en tener un hijo de alguien que murió no es tan descabellado. Algunas parejas alrededor del mundo, deciden congelar sus óvulos o sus espermas para la posteridad.
Ya sea que deseen extender lo más que puedan sus deseos de ser padres, o que uno de los dos esté desahuciado por una enfermedad, la decisión de llevar a cabo una fecundación post-mortem incluso ha sido retratada en la ficción.
Claro que, en el cine todo termina bien. Piénsalo, has visto la misma historia miles de veces: una joven se enamora de un hombre maravilloso, se casan, él muere, y ella de pronto dice tener una reserva de esperma de él... todo para fecundarse en modalidad in vitro.
La mujer da a luz al hijo del hombre que amó, y cuando el niño crece, su madre le habla de lo increíble que era su padre ya fallecido.
Desde luego, en la realidad, la tarea no es tan sencilla, en especial si la que muere es la mujer y se inicia la ardua búsqueda de un vientre subrogado.
Si has pensado en la fecundación postmortem, hay algunos factores realistas que debes considerar.
El dilema ético
De acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y a otras instancias internacionales, el supremo derecho de tener una familia corresponde sólo a los niños, no a los "caprichos" de los padres.
La fecundación post-mortem pone diversos debates sobre la mesa, pero el principal, es que el niño tendrá que lidiar con la muerte de uno de sus padres desde el nacimiento (y de forma deliberada).
No es del todo legal
La fecundación in vitro y la maternidad subrogada, han logrado acomodarse en diversas legislaciones, pero la fecundación post-mortem siempre requiere de un “Esfuerzo Extra”.
Al no haber consentimiento directo del progenitor fallecido, debe usarse una carta firmada ante notario para validar su voluntad, pero la mayoría de las veces, los juicios tardan años… ¿aún querrás ese bebé en una década?
Es extremadamente costosa
De acuerdo a diveras figuras jurídicas, la fecundación post.mortem es uno de los tratamientos reproductivos más caros del planeta.
Por sí misma, la inseminación artificial te puede llegar a costar hasta 25 mil dólares estadounidenses, pero bajo la modalidad post.mortem, tienes que considerar una lista de gastos nueva: abogados, seguimiento, vientre subrogado (si es el caso), etc. Unos 100 ó 130 mil dólares corresponderían a la cifra total.
Y tú, ¿tendrías un recién nacido de tu pareja aunque ya hubiese fallecido? ¡Dinos en los comentarios!
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