Fue al médico porque le dolía el oído y descubrieron que lo tenía infestado de voraces gusanos que se alimentaban del tímpano
Un hombre fue internado en un centro de salud, luego que los doctores detectaran que una de sus orejas estaba infestada de gusanos.
El hombre, de 64 años, llegó al Hospital Pedro Hispano en Matosinhos, Portugal después de cinco días de dolor, picor y sangrado en su oreja, por lo que los doctores le realizaron un examen físico que reveló “numerosas larvas móviles” que obstruían el conducto auditivo del paciente.
El extraño caso fue expuesto en un artículo publicado el 24 de noviembre en The New England of Medicine, en el que se describió como los médicos utilizaron unas pinzas para extraer las larvas, las cuales habían perforado una pequeña zona del tímpano.
Una infección conocida como miasis
Catarina Rato, una de las doctoras que trató al hombre y coautora del artículo, le dijo a Newsweek que las larvas encontradas en la oreja del paciente eran compatibles con la especie Cochliomyia hominivoraz -mejor conocido como gusano barrenador- una mosca parásita que deposita sus huevos en otros organismos.
La especialista señaló que, una vez colocados los huevos, las larvas comerán la carne del organismo invadido durante una semana, antes de caer al suelo y adentrarse a la tierra por unos tres días, antes de emerger como adultos.
Al excavar el tejido para alimentarse de la carne del huésped, las larvas pueden ocasionar una miasis, una enfermedad parasitaria ocasionada por las larvas.
Esta infección es poco frecuente en EEUU, aunque los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) aseguran que los estadounidenses tienden a infectarse cuando viajan a zonas tropicales y subtropicales con regiones socioeconómicas pobres.
Hasta 400 huevos
Este tipo de mosca -habitual en América Central y Sudamérica- pone hasta 400 huevos en la carne de los animales, normalmente de sangre caliente, explicó en una hoja informativa el Departamento de Alimentación y Agricultura de California (CDFA, por sus siglas en inglés).
Las infecciones pueden suscitarse en cualquier parte del cuerpo, explicó el artículo al citar un caso ocurrido hace dos años cuando un bebé de tan solo 7 días de vida tenía 55 larvas en su cordón umbilical.
Las zonas más propensas a la infección son cualquier herida abierta, el cuero cabelludo y orificios naturales como orejas, nariz, boca y genitales.
La doctora indicó que, si las larvas están muertas en tejidos profundos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.
Además, aseveró que los factores de riesgo más comunes son las infecciones recurrentes del oído, así como “la diabetes, el alcoholismo, el bajo nivel socioeconómico y nadar en aguas estancadas”.
