¿Es normal que a veces tu hijo te caiga mal? Expertos tienen una reconfortante explicación
La maternidad es una de las experiencias más hermosas que existen; sin embargo, también puede estar llena de estrés, frustración y emociones negativas (a fin de cuentas, somos seres humanos).
Es probable que en al menos una ocasión estos sentimientos te hayan orillado a pensar que tu hijo no te agrada lo suficiente o que tiene el premio a la personita mas irritante del mundo.
A continuación te explicamos qué significa que tu hijo te "caiga mal", cómo afecta tu salud emocional y de qué forma puedes manejarlo.
Sigue leyendo y conoce la opinión de los especialistas.
A veces mi hijo no me cae bien, ¿es normal?
De acuerdo con el terapeuta Ryan Lowe, es completamente normal que, de vez en cuando, tu hijo te parezca irritante o quieras cambiar algún rasgo de su personalidad.
Este sentimiento puede originarse por varias razones, una de las más importantes es el 'efecto espejo'.
Según los expertos en psicología, dicho fenómeno surge cuando la madre identifica sus propias fallas y defectos en el temperamento de su hijo, pero se niega a aceptarlo.
Si este problema no es solucionado a tiempo, es probable que surjan roces emocionales y se fracture la convivencia familiar.
Asimismo, el especialista menciona que la forma en que fuiste educada y la relación que tienes con tus padres también pueden influir en cómo te vinculas con tu pequeñito.
Finalmente, Lowe subraya que no deberías sentirte triste o avergonzada por experimentar estos sentimientos. En su lugar, es necesario que aprendas a validar tus emociones y trates de reconciliarte contigo misma.
Entra a este enlace y conoce algunas recomendaciones que te ayudarán a lograrlo.
¿Qué puedo hacer al respecto?
Para resolver esta incómoda situación y mejorar la relación con tus hijos, hay algunas acciones que puedes llevar a cabo.
#1 Modifica tus expectativas
En ocasiones, las expectativas que planteamos como adultos pueden ser demasiado elevadas o estrictas. Al notar que los hijos son incapaces de cumplirlas, es habitual que esto genere sentimientos de molestia o repulsión.
Para evitar que esto pase, la Universidad de Melbourne sugiere tener una actitud más realista y proponer metas que vayan acorde a su capacidad física e intelectual.
#2 Limita tus críticas
No importa que tan estresada estés, nunca debes desquitar tu enojo a través de gritos, golpes o malas palabras.
Siempre que tengas un comentario acerca de su comportamiento, es necesario que lo expreses de forma calmada y sin levantar el tono de voz.
Esto no solo evitará discusiones, también aumentará tu resiliencia y demostrará que eres capaz de resolver conflictos sin perder la cabeza. Nada mal, ¿cierto?
#3 Ve a terapia
Si ya lo has intentado todo y aún no logras conectar con tu pequeñito, quizá sea momento de que visites a un especialista.
Entre sus muchos beneficios, la terapia puede ayudarte a detectar el origen de tu enojo, reducir los niveles de estrés, aumentar tu resiliencia y darte una mejor comprensión acerca de las dinámicas familiares, explica Medical News Today.
Finalmente, recuerda que la clave para evitar conflictos y tener una buena relación es saber manejar tus emociones, mantener una actitud positiva ( aquí te mostramos cómo) y evitar las agresiones de cualquier tipo.
Una vez que lo intentes, su comunicación mejorará notablemente, tendrán mayor confianza y será más fácil compartir tiempo juntos. ¡Inténtalo!
¿Alguna vez te has sentido de esta forma? Escribe tu opinión en los comentarios.
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