"Victoria para la vida blanca": el 'desliz' de una congresista republicana sobre el aborto desata una polémica racial
La representante republicana Mary Miller generó un escándalo el fin de semana al afirmar que la derogación de Roe v. Wade, la sentencia de 1973 con la que la Corte Suprema de Justicia concedió el derecho al aborto, es una “victoria histórica para la vida blanca” ( historic victory for white life, dijo en inglés) durante un evento junto al expresidente Donald Trump.
“Presidente Trump, en nombre de todos los patriotas MAGA de Estados Unidos, quiero agradecerle por la histórica victoria para la vida de los blancos en la Corte Suprema”, dijo Miller durante un mitin del expresidente el sábado.
Rápidamente, los portavoces de la representante por Illinois aclararon que se "equivocó" y que lo que quiso decir fue que era una “victoria por el derecho a la vida” ( right to life, en inglés), algo que a algunos puede sonar similar pero que tiene un significado muy diferente.
El episodio recordó a otros las polémicas declaraciones que hizo la congresista en enero de 2021, apenas llegada al Congreso, en las que afirmó: “Hitler tenía razón en una cosa, dijo: ‘Quienquiera que tenga a los jóvenes tiene el futuro”.
Uno de quienes lo recordó fue su colega republicano de Illinois, Adam Kinzinger (contrincante de Miller por ser crítico de Trump y además pertenecer al comité que analiza la responsabilidad del exmandatario en el asalto al Capitolio). "De la misma dama que dijo que Hitler tenía razón", escribió Kinzinger en un mensaje de Twitter en el que presentaba el video con las palabras de Miller.
En aquella ocasión, al contrario de la pronta explicación y corrección que ofreció sobre su comentario del fin de semana, la representante tardó varios días en ofrecer una disculpa y reconocer un error.
Este fin de semana, cuando Miller felicitó al expresidente Trump por haber nombrado los tres megistrados que hicieron posible la mayoría de la Corte Suprema que derogó la vigencia de medio siglo de Roe vs. Wade, con esa expresión sobre las mujeres blancas que después corrigió, el público arrancó en aplausos.
El columnista del diario The Independent Ahmed Baba lo destacó en un mensaje en su cuenta Twitter: "Haya sido un desliz o no, la audiencia escuchó 'vida blanca' y no se inmutó. Aplaudieron", dando a entender que muchos de los asistentes les pareció normal esa expresión o hasta legítima, pese a la carga racista que otros puedan percibir en ella.
Negras e hispanas, las más afectadas por la decisión contra el aborto
Las palabras de Miller intensificaron una polémica donde se mezcla el dispar que tienen las mujeres a servicios de salud en EEUU, según sea la comunidad a la que pertenecen y hasta las teorías conspirativas racistas que sostienen que la raza blanca debe reproducirse más para evitar la desaparición a la que dicen que está condenada dentro del llamado 'gran reemplazo'.
Pero choca directamente con el hecho de que el mayor impacto de la derogación del derecho federal al aborto la van a sentir precisamente las mujeres no blancas, que pertenecen a grupos minoritarios.
Según datos de 2020 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las mujeres negras de EEUU tienen cinco veces más probabilidades de abortar que las mujeres blancas, mientras que las mujeres latinas tienen el doble de probabilidades.
Muchos especialistas en salud temen que sean las mujeres de esos mismos grupos las que recurran, como en el pasado anterior a Roe vs. Wade, a intervenciones ilegales, portencialmente dañinas para su salud y hasta mortales.
Basada en un estudio de 2021, en el que utilizó datos sobre nacimientos y abortos entre 2014 y 2017, la socióloga Amanda Stevenson de la Universidad de Colorado, determinó que negar todos los abortos inducidos deseados en EEUU aumentaría las muertes relacionadas con el embarazo en aproximadamente un 7 % en el primer año y un 21 % en los años posteriores.
Cuando se trata de mujeres negras, el mismo análisis predice que el aumento será del 12 % en las muertes en el primer año y un aumento del 33 % en los años siguientes.
La observación de Stevenson parte del hecho de que EEUU es el país del mundo industrializado con la peor tasa de mortalidad materna: registra 17 muertes maternas por cada 100,000 partos, más del doble que la de la mayoría de los demás países de ingresos altos. Francia, el segundo en la lista, tiene 8.7, y Canadá, el tercero, 8.6.
La explicación está en las particularidades del sistema de salud estadounidense, en el que las personas de menores ingresos tienen menos posibilidades de recibir tratamientos preventivos. Y, una vez más, esos grupos de pobreza están muy vinculados con el grupo racial al que se pertenece.
Negros e hispanos tienen 1.8 y 1.5 veces más posibilidades de vivir en pobreza, respectivamente, de acuerdo con los datos del Censo de 2019, algo que queda directamente vinculado con sus posibilidades de acceder a buenos servicios de salud.
La falacia del 'gran reemplazo' y la fertilidad de las mujeres blancas
Entre grupos de extrema derecha se insiste en airear la teoría del gran reemplazo, una ideología racista que alega que la población blanca está siendo sustituida intencionalmente por personas de otras razas, de lo que culpan a la inmigración incentivada por políticos liberales y los cambios que esos inmigrantes generan en la demografía.
Para ellos, la baja tasa de natalidad entre los blancos es un factor que hay que corregir y por eso incentivan a jóvenes parejas asociadas a que tengan la mayor cantidad de hijos posible.
Pero si bien es cierto que hispanas (con 63.8 por cada millar) e isleñas del Pacífico y hawaianas (con 63.3) tienen mayores tasas de natalidad de acuerdo con datos de los CDC, la mayoría de los nacimientos que se registran en EEUU se dan entre la comunidad blanca, cuyas mujeres tienen una tasa menor de natalidad, del 54.6. Las mujeres negras registran un 57.7.
Según datos recopilados por la Fundación Kaiser, en 2020, hubo 1,843,432 nacimientos de mujeres blancas, frente a 866,713 entre hispanas y 529,911 entre negras. Eso representa un 51% de todos los nacimientos en ese año.
Sin embargo, las falaces teorías conspirativas obvian los datos y siguen esparciéndose, ayudadas por las redes sociales y por el amparo que han encontrado en el mundo político formal, lo que las sacó de la marginalidad en la que antes estaban.
Desde antes de las elecciones de 2016, muchos analistas indicaban una corriente de simpatías (o comunidad de propósito) entre el 'movimiento' de Trump y grupos radicales de extrema derecha promotores de teorías conspirativas.
En 2017, tras los incidentes en Charlottesville Virginia, Trump aseguró que "había buena gente en ambos lados", equiparando activistas de defensa de derechos humanos con grupos racistas. Y en 2020, en uno de los debates presidenciales, Trump no condenó expresamente a los supremacistas blancos y le dijo "retrocedan y estén atentos" ('stand back and stand by', fueron sus palabras en inglés).
Estos grupos radicales de derecha, entre quienes se cuentan elementos racistas y algunos supremacistas blancos, se consideran ahora reivindicados por su liderazgo dentro del Partido Republicano.