7 películas sobre la manipulación de los medios de comunicación no aptas para paranoicos y conspirativos
Por lo menos desde que se utilizó por primera vez el término «cuarto poder» para designar a los medios de comunicación masiva, algo que aparentemente sucedió en un debate parlamentario británico en 1787, se da por sentado que, como instituciones públicas, los medios tienen prácticamente la misma capacidad de ejercer poder o influenciar en la sociedad como el resto de los poderes del Estado.
Y como sucede en todo ámbito de poder, el abuso y la manipulación no le son ajenos.
Algunas grandes películas han abordado este tema como eje de su trama y su conflicto, incluso desde los comienzos de la época de oro de Hollywood y hasta la que es considerada la (primera) mejor película de todos los tiempos.
Desde diversos ángulos y con diferentes enfoques, estas son 7 películas que ponen en evidencia la manipulación y los peligros de los medios de comunicación masivos:
#7 Ace in the Hole (1951)
Clásico dirigido por el gran Billy Wilder.
Kirk Douglas interpreta a Chuck Tatum, un ambicioso e inescrupuloso reportero que perdió su trabajo en Nueva York y arruinó su reputación por difamación, adulterio y alcoholismo, y terminó trabajando en un lugar perdido de Nuevo México, en un insignificante periódico.
Cuando un trabajador del lugar queda atrapado en una cueva por un derrumbe, un desesperado Tatum ve su oportunidad. De ahí en adelante, manipulará y tergiversará los hechos para su beneficio, y convertirá la desgracia de un hombre en un verdadero circo, casi literalmente, para ganar notoriedad y sacar provecho.
Obsesionado con los misterios de la naturaleza humana y la ambigüedad moral, Billy Wilder reservó para el final un atisbo de redención para Chuck Tatum, que sin embargo se vería cercenado por un desenlace lógico, un fatalismo consecuencia de sus despreciables acciones.
#6 Wag the Dog (1997)
En un tono más de comedia, que ayuda a dar verosimilitud a los rasgos más absurdos de la película, Barry Levinson dirige esta película que cuenta con las actuaciones de Dustin Hoffman y Robert De Niro y que uno no puede terminar de ver sin una mezcla de indignación y fascinación.
La historia comienza en medio de una campaña electoral, en la que el Presidente de los Estados Unidos va en búsqueda de su reelección, pero perjudicando sus intereses, se hace pública la noticia de que quiso conquistar a una chica menor de edad.
Un destacado relacionista público (De Niro) será el encargado de buscar la forma de que esta noticia no afecte los intereses electorales del presidente. Para eso, contrata a un experimentado productor de Hollywood (Hoffman), y diseñan el plan: construirán una guerra ficticia, apelando a los mismos recursos de las películas, para que los medios se ocupen de ella y no del escándalo del abuso.
Un engaño a gran escala que por un buen tiempo te dejará profundamente desconfiado de todo lo que veas en las noticias.
#5 Gone Girl (2014)
La última película de David Fincher es, en esencia, un estudio y una exploración de un personaje completamente demente y manipulador. Para evitar el spoiler (dado que la película es más o menos reciente), diremos que su trama tiene que ver con la misteriosa desaparición de una mujer y cómo su esposo se convierte en el principal sospechoso.
Sin embargo, los medios de comunicación, inmersos en su propia lógica y su dinámica inexorable, que ya ha cultivado toda clase de vicios y tendencias perjudiciales, juegan casi sin proponérselo un papel fundamental en el maquiavélico plan del personaje, y funcionan como su principal herramienta, una que se pone a su servicio más por desidia que por voluntad.
#4 Nightcrawler (2014)
Otra de las películas más nuevas de la lista. Nightcrawler es el promisorio debut de Dan Gilroy como director y se destaca especialmente por dos cosas: un retrato sombrío, nocturno y un poco trágico de la ciudad de Los Angeles, y un personaje tan ambicioso como sociópata y espeluznante.
Jake Gyllenhaal hace una de sus actuaciones más memorables de su carrera, para interpretar a un personaje que es una combinación de Travis Bickle (Robert De Niro en Taxi Driver) y Chuck Tatum (el personaje de Kirk Douglas antes mencionado), en una historia que resultará tristemente familiar para cualquiera que haya visto alguna vez un canal de noticias televisivas sensacionalista.
#3 The Truman Show (1998)
Esta es tal vez la más conocida y popular de la lista, y seguramente conozcas la historia: Jim Carrey interpreta a un hombre cuya vida, desde que nació, está siendo filmada y emitida por televisión las 24 horas, sin que él lo sepa.
Detrás de esto hay un cínico productor ( Ed Harris) que, bajo pseudo justificaciones filosóficas y humanistas, manipula y explota a una persona con el consentimiento de una audiencia masiva, obsesionada con los detalles de la vida “privada” del protagonista.
Los paralelismos y analogías con el mundo real, con la cultura de las celebridades y los reality shows, es lo verdaderamente espeluznante.
#2 Network (1976)
Dirigida por Sidney Lumet, esta es la sátira cinematográfica más célebre y aguda de la industria televisiva y su obsesión con el rating.
Ya a mediados de los 70, era evidente que las cadenas televisivas eran capaces de cualquier cosa con tal de subir sus números de audiencia, incluso tolerar y promover un discurso que supuestamente va en contra de sus intereses, pero que termina banalizado, empaquetado y vendido como cualquier otro producto.
Es memorable por los incendiarios monólogos por parte de su protagonista, el presentador de noticias Howard Beale, que resultan un tanto sorprendentes en una película mainstream como ésta, incluyendo la célebre frase: “Quiero que ahora mismo te levantes y vayas hacia la ventana. Ábrela, saca tu cabeza, y grita: ¡Estoy malditamente furioso y no voy a tolerar más esto!”
#1 Citizen Kane (1941)
La película considerada por muchos como la mejor de todos los tiempos lo es en parte por lo fascinante y enigmático de su protagonista, el majestuoso y ambicioso Charles Foster Kane que, como es sabido, está inspirado en el magnate de la prensa de la época, William Randolph Hearst. Además de evidenciar, mediante la analogía entre ambos, las luces y sombras de este tipo de personajes, y su influencia en la política y en la sociedad, la película también es pionera en su estructura narrativa.
La historia de Charles Foster Kane está narrada de manera no lineal y mayormente mediante flashbacks, intentos de reconstrucción y recuerdos de terceros, dotando toda su vida de un aura de ambigüedad y misterio, cuando no de un tono un tanto engañoso y exagerado, que se extiende, con el uso de “falsos noticieros” en el film, al tratamiento habitual de las noticias en los medios.
Como se ve en la película, siempre habrá gente dispuesta a ver a Charles Foster Kane como un comunista o como un fascista. Sólo depende del noticiero que se mire.