Cambios en el comportamiento en niños de 7 años
Si estás viviendo esa etapa de cambios que se dan en los niños de 7 u 8 años sabrás de lo que hablo. Muy pequeños para asumir ciertas responsabilidades y muy grandes para generar rabietas continuas. En un segundo, es un niño perfectamente independiente, seguro de lo que quiere y que parece tener todas las respuestas; pero al segundo siguiente, ese mismo pequeño, para haber hecho una regresión, y sin necesidad de una terapia de vidas pasadas.
Guarda por un segundo los puñales, no debes asumir culpas innecesarias; tu pequeño está atravesando una etapa de crecimiento en la que estos cambios de humor son normales. Aquí, EntrePadres te cuenta cómo sobrellevar esta etapa de cambios en el comportamiento de los niños de 7 años de la mejor manera.
Ni muy grandes, ni muy pequeños... ¡qué lío!
Según el psiquiatra de niños y adolescentes, Dr. Caron Farrell, el cerebro de los pequeños entre los 7 y los 8 años empieza a experimentar grandes cambios. Ellos observan a los adolescentes y a los adultos comportarse de determinada manera y les parece que tienen la misma capacidad de respuesta, hasta que en un momento se sienten sobrecargados y desean volver a ser simplemente niños.
A pesar de que físicamente pueden desempeñar algunas tareas, su poder de concentración y sus habilidades mentales aún no están plenamente desarrolladas. Entonces las madres nos hacemos la pregunta del millón "¿Qué hacer?". No desesperes, aquí van algunos consejos.
Aumentar la responsabilidad y desarrollar nuevas rutinas
Podemos afianzar la confianza que nuestro pequeño tiene en sí mismo, encomendándole algunas tareas que él pueda llevar a cabo por sí mismo, como por ejemplo, ordenar su habitación o acomodar la ropa de su placard. Siempre ten en cuenta elogiar sus esfuerzos, más que los resultados.
Trata de evitar la frase: "No eres lo suficientemente grande". En lugar de eso, que etiqueta, que cataloga, explícale por qué no es seguro que realice determinada tarea.
Aún deberás ayudarlo con sus rutinas de higiene y orden, recuerda que su capacidad de organizar y analizar los pasos de determinadas tareas aún están madurando.
El gran salto: la empatía
En esta etapa, dejarán de verse como el ombligo del mundo todo el tiempo, el egocentrismo deja paso a la empatía con el otro y empieza a ser capaz de ponerse en los zapatos de los demás, aunque sea por un ratito. Ya no obedecen las reglas porque temen ser castigados, las obedecen porque les empieza a importar no herir los sentimientos del otro y porque necesitan la aprobación de los demás.
Por eso, también necesitará de esos momentos en los que te tiene sólo para él, como leerle un libro antes de acostarse o compartir su película favorita.
Sí, tu pequeño ha crecido, y aunque sus alas se batan clamando libertad, todavía necesita sentirse seguro debajo de tu cuidado. Soltar y amarrar; soltar y amarrar...de a poco, amorosamente, de a poco.
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